Bree Camden está perdida y secretamente enamorada de su mejor amigo (y también estrella de fútbol americano) Nathan Donelson. Pero ese no es el único problema que tiene. Después de un accidente que pone fin a su sueño de ser bailarina, Bree se dedica a llevar su propia escuela de danza… mientras pueda pagar el alquiler, claro. Cuando Nathan acude al rescate y compra el edificio en el que se encuentra su negocio, la orgullosa Bree no se lo toma del todo bien. Tras un par (bueno, quizá más) de chupitos de tequila, se va de la lengua delante de una periodista y el mundo entero termina creyendo que ella y Nathan están destinados. Con la superbowl a la vuelta de la esquina, estos dos «nada más que amigos» se ven obligados a fingir una relación ante las cámaras durante tres semanas. Tres semanas enteras. ¿Habrá llegado el momento de que Bree revele sus sentimientos? Y… ¿podría Nathan estar ocultando los suyos también?
Bree lo último que quiere es estropear su amistad con Nathan por eso tiene que ocultar lo que verdaderamente siente por él priorizar su amistad por encima de todo, pero no se esperaba que una siituación desafortunada les hiciese cambiar su relación de forma forzada. A lo mejor esto es algo positivo ¿o no?
Las reglas del juego tiene una historia que me ha encantado. Es MUY divertido y en todo momento está pasando algo. Engancha desde el primer capítulo y una vez te pones a leer es imposible parar. Ya sabéis lo que me gusta una historia romántica bien hecha y esta no ha decepcionado.
Todo gira en torno a la relación de los personajes y su vida. Vemos cómo son y el miedo que tienen a que las cosas cambien. Una de las cosas que más he adorado es tener los dos puntos de vista, nunca jamás me cansaré de leer libros así porque me hacen conocer en profundidad a los personajes y sus sentimientos y es algo que adoro muchísimo. Este libro es un friends to lovers y, aunque no es mi cliché favorito, en este libro está muy bien hecho y me ha encantado.
Bree me ha encantado, tiene una actitud maravillosa y es de lo más graciosa, pero admito que a veces me ponía nerviosa y le gritaba: AMIGA, DATE CUENTA. De todas formas, es maravillosa. Y Nathan... Madre mía, qué chico. Jugador de fútbol americano, con una carrera impresionante y su único pensamiento es ella. Derretida desde su primer capítulo y felizmente enamorada de él al final.
En resumen, tenéis que leer Las reglas del juego. Si os gustan los friends to lovers bien hechos y las historias divertidas, llenas de caos y con escenas que os hacen suspirar, de verdad leedlo y luego me dais las gracias si queréis.